martes, 23 de abril de 2013

Mientras escribo

El otro día estaba en el Metro, camino de casa, y me termine los apuntes que estaba leyendo de "Los discursos del Arte Contemporáneo". Me quedaba bastante trecho hasta casa, así que me puse a rebuscar en mi ex-flamante ebook (es que tiene más de tres años ya, y eso es ser viejísimo para un ebook) y me encontré con este libro de Stephen King. Estaba empezado, porque creo que alguna vez lo había hojeado un poco.

El caso es que siempre me ha picado la curiosidad sobre el tema de como se escribe un libro, este libro iba de eso y lo escribía un maestro. Y lo mejor es que era corto, la excusa de dejar demasiado tiempo aparcados los apuntes del Grado, para no leerme el libro entero, ya no funcionaba.

Portada


Lo leí muy rápido y con gran comodidad, porque la verdad es que es un autor con un estilo cómodo de leer y adictivo. Luego el contenido me acabó de enganchar, una parte importante es autobiográfica y narra las partes de su vida que piensa que le han marcado como escritor, todo muy curioso e interesante. No voy a destripar el libro, pero ver que es un tío normal, de una familia de clase media-baja, que se ha dejado un montón de horas de su vida en cualquier rincón, escribiendo y escribiendo, persiguiendo su sueño, y sin descuidar sus obligaciones como persona, sienta bien, es balsámico. A veces parece que le va bien a quien se lo merece y eso me gusta.

También me ha gustado la parte donde habla de sus problemas con las adicciones y como las llegó a superar. Lo hace sin autoindulgencia, reconoce que se metió en un lio y no se excusa. Otro de los temas sobre su vida, que me ha impresionado, es el tratamiento que hace del accidente que casi le mata. Lo cuenta de una manera ligera y sin darle mayor trascendencia, desde la sencillez, pero sin dejar de trasmitirte que la cosa fue muy gorda y que estuvo a punto ser el final.

Y ahora una cita interesante.


La parte sobre técnica de escritura y hábitos es muy interesante y supongo que le vendrá muy bien a quien quiera dedicarse al noble arte de contar cuentos. Si alguna vez me doy a el, seguro que seguiré los consejos de este genio sencillo.

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